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El territorio del Distrito Taormina Etna conserva una miríada de entornos y paisajes diversos, entre los cuales, el Etna representa la parte más digna de ver, pero seguramente no es la única.
De cimas imponentes a profundos canyon, la naturaleza está lista para ofrecerle en un pequeño pañuelo de tierra un espectáculo sorprendente e inolvidable por las variedades de los ambientes naturales y la integridad excepcional.
Una cresta afilada entre dos mares, los Peloritani; son montañas imponentes y frágiles contemporáneamente, marcadas por profundas riadas que precipitan hacia el valle y desde las cuales se puede disfrutar de unas vistas extraordinarias de la costa jónica y de la costa tirrénica. Descubrirá que existe un monte “Cervino de Sicilia”, misteriosas rocas megalíticas y camadas suaves de helechos a lo largo de profundas riadas.
Aquí se encuentra la Reserva Natural Orientada de Fiumedinisi y del Monte Scuderi, ya conocida desde la antigüedad por la presencia de estratificaciones metalíferas, entre las cuales la plata. La zona protegida reserva tantísimas sorpresas al naturalista apasionado: bellísimos ejemplares de brezo común acompañan a bosques de todas las especies de robles pubescentes conocidos en Sicilia, que ocupan los valles profundos y las demás áreas más bajas de la reserva.
Y además, las riadas: verdaderos laboratorios geológicos al aire libre, donde las miríadas de guijarros de distinto origen mineral, cuentan la historia de las vísceras de la tierra y de la naturaleza geológica de los montes Peloritani.
Inconfundibles, reconocerán los dulces relieves de los montes Nebrodi Orientales, con la espesura de hayas que aquí alcanzan el punto más meridional de toda Europa, alternándose con zonas húmedas a altitud elevada, donde lagos cristalinos desgarran el verde en un espectacular juego de colores.
Los lujuriantes bosques de haya ocupan las cuotas más elevadas de los montes Nebrodi, hasta la cima principal del Monte Soro (1847 m), mientras entre los relieves areno-arcillosos surgen el Monte San Fratello y, sobre todo, las Rocas del Crasto, formadas por calizas de aspecto dolomítico.
No es raro encontrar en el Parque Natural de los Nebrodi los caballos Sanfratellani, raza autóctona criada en libertad, de índole dócil e inteligente, cuyos orígenes - normandos o árabes – aún quedan por descubrir.
El panorama del Etna por un lado y el Tirreno por el otro, hacen el macizo central del Apenino siciliano particularmente atrayente.
A caballo entre los montes Peloritani y los montes Nebrodi, quien nunca ha visitado un verdadero bosque, encontrará la Reserva Natural Orientada del Bosque de Malabotta.
El valor ecológico del área es excepcional, sea por la integridad del paisaje, sea por la marcada diversidad ambiental de geomorfología y florística.
Efectivamente, la reserva aloja distintos hábitat: el bosque, el prado, los entornos húmedos de barrancos y los rupestres.
El espectáculo de las Gargantas de Alcantara, un magnífico paisaje gris verde, profundo y lujuriante, lleno de primas basálticos verticales o en forma de abanico, de un encanto irresistible.
De origen antiquísima, las profundas e impresionantes gargantas de basalto son fruto del trabajo del río sobre sedimentos de arcilla, luego sumergido por el magma fluido de enormes erupciones volcánicas y, posteriormente, profundizado en los tramos más arcillosos.
Podrá admirar la apoteosis de estas culturas naturales espectaculares en el barrio Larderia, en el municipio de Motta Camastra.
Le nostre pagine che trattano specificamente di Vacanze ed escursioni, alberghi e camere a taormina, sotto l'Etna